jueves, 17 de noviembre de 2011

Hogar San José -Ciudad de Las Piedras, Canelones, Uruguay-

Las Misioneras de la Caridad son una congregación religiosa fundada por la Beata Teresa de Calcuta en 1950.

Comenzó con sólo 12 religiosas en Calcuta. Hoy son más de 4.500 hermanas atendiendo orfanatos, hospicios de víctimas del sida, centros de caridad, refugiados, alcohólicos, impedidos, personas sin hogar, víctimas de inundaciones, epidemias, etc. Cuentan con centros por todo el mundo; Asia, África, América Latina, América del Norte, Europa y Australia.

El centro ubicado en el barrio San Francisco de la ciudad de Las Piedras hace más de 20 años que funciona. Recibe a personas sin hogar y enfermos. La mayoría de ellos son ancianos.

Allí cuentan con una capilla a la cual cada viernes concurre el cura de la ciudad a dar la misa semanal.


En el hogar del barrio San Francisco son cinco hermanas a cargo de 37 mujeres y 45 hombres. Entre ellas se encuentra una madre superiora la cual es la encargada del lugar. 

Entre las religiosas, personas de la comunidad, y algunos de los ancianos del hogar, trabajan a diario en el cultivo de hortalizas. Así, se preoveen de muchos de los alimentos que consumen. El hogar se mantiene en base a esto, y a donaciones por parte de la comunidad y la iglesia.

También trabajan a diario en el mantenimiento de las instalaciones y el parque.

Sosa, es el encargado de regar y podar las plantas del jardín.

Es amante de las rosas, y en particular de las blancas.

Las instalaciones cuentan con lugares al aire libre, propicias para las charlas entre amigos, y para recibir las visitas.

En este caso, se recibió a Matías, quién ya es amigo de algunos allí.

Entablando diferentes charlas sobre anécdotas y gustos, descubrimos que López es un fiel amante de los caballos y las carreras hípicas.

Su bastón hace alusión a su pasión, y lo mantiene, de alguna manera, conectado a ésta.

Francisco, aprovechó antes que Matías comenzara su recorrido, a tocar un poco la guitarra.

Matías, estudiante de los Talleres Don Bosco, concurre asiduamente al hogar para brindar algo diferente a las tardes del San José. Con su música deleita a los ancianos del hogar, en este caso, comenzó por el sector de las mujeres tocando algo de folcklore.

Fue bienvenido como siempre, pero advertido también por Doña Elisa que a la primer desentonada, se iba con los perros.

Diferentes estilos musicales fueron aflorando...

Y de a poco, al sentir la música, más mujeres se fueron acercando al lugar.

Algunas atentas a la música...

Otras como Elisa, algo pensativa.

Así también lo estaba Olga.

Quizás algunos recuerdos fueron apareciendo a lo largo del repertorio.

Hubo tranquilidad y concentración en otras.

Por otra parte Isabel, quién siempre atenta a la cámara, a la música, y a todo lo que acontecía a su alrededor.

Algunas otras, a pesar de algunas dificultades físicas...

Disfrutaron igualmente del momento...

Y nunca dejaron de demostrarle esto a Matías.

Los aplausos luego de cada canción, nunca dejaron de escucharse durante la tarde.

Diva, sin embargo, no estaba muy concentrada en la música, sino es sus cuadernos de firmas de quiénes visitan el hogar. Sin dudas en búsqueda de la pasada firma de Matías, y con una nueva hoja en blanco esperando la de ese día.

De a poco, fueron apareciendo sonrisas...

Palmas al son de la música...

Así como el pedido de diferentes canciones.

Algunas de las señoras disfrutaron los ritmos más lentos...

Pero otras se sintieron a gusto con los más movidos...

Como en el caso del candombe...

Incitando al baile de algunas.

En un comienzo, sólo Carmen se animó a bailar...

Pero luego, se animaron a unírsele...

La alegría se apropió de la tarde...

Y así también lo hizo la nostalgia.

Poco después fue el turno de los hombres.

Nuevamente, Matías comenzó a acaparar la atención de todos los presentes.

No faltaron los tangos y las milongas.

Don López no dejó de tararear cada tema.

Algunos otros, prefirieron disfrutar de la música en silencio...

Y con detenida atención.

Juan Manuel, ex integrante de la lírica del sodre, disfrutó de la música tradicional...

Pero pidió para la próxima, algo de música lírica, y se comprometió a cantar para todos.

Hubo quiénes se emocionaron por la llegada de la visita, vistiéndose acorde a la ocasión...

Y concentrándose en lo que acontecía.

En su afán de estar cerca a Matías, para algunos la falta de sillas no fue obstáculo.

Como ocurrió con las señoras, los momentos de meditación y recuerdos...

se hicieron presentes.

Una de las hermanas también se acercó atraída por la música.

El disfrute de la música fue más importante que la siesta, aunque llevó a la llegada tarde de algunos.

Se aclamó por ciertos temas...

Y el canto en conjunto fue apareciendo.

Las risas también se hicieron presente cada vez más...

Y así mismo las palmas.

Mientras la guitarra y el canto continuaba...

Roberto seguía disfrutando de su pedido musical.

Mientras, otros proponían pasar la gorra y hacer algunas moneditas.

Animándose otros a mostrar sus talentos, la tarde fue llegando a su fin.

Y si bien la despedida a Matías fue siempre con una sonrisa de todos, hubo un dejo de tristeza en algunos, ya que las tardes a veces se hacen un poco largas, y no es seguido que pueden disfrutar de una de estas características.

Esta es la historia de un lugar que da mucho a personas que puede que no tengan nada. Y también es la historia de Matías, que cada vez que va al San José se siente renovado. Él sabe que con su música deja mucho en cada una de estas personas.

"A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota." 
Madre Teresa de Calcuta

8 comentarios:

  1. No somos nosotros que donamos nada a los abuelos y abuelas que viven en el Hogar San José .
    Son ellos y las Hermanitas que nos brindan sonrisas, paz, respeto, buenos ejemplos de vida , aprendizaje que en la vida lo que más tiene valor son los sentimientos buenos y cuando donamos algo de nosotros mismos.

    ResponderEliminar
  2. Gracias a las personas que realizaron esta publicación. Gracias a usas podemos saber de este lugar. En cuanto pueda iré a visitarlas y si Dios quiera pueda seguir y ayudar en algo . Dios les bendiga.

    ResponderEliminar
  3. Me pasarian el numer9 de telefono del convento

    ResponderEliminar
  4. Me encanta la labor que hacen de ayudar al projimo. Quiera hubicar a Cecilia Calbo urgente

    ResponderEliminar
  5. Quisiera saber a qué hora se puede hacerles llegar algunas prendas ,de mi mamá. Es muy importante y hermoso como ayudan a tanta gente vulnerable,que no tienen a nadie ,que están tan solos en el mundo.

    ResponderEliminar
  6. Quiero donar ropa pero no se a donde dirigirme quiciera que alguien me de un número de cel que pueda llamar y desde ya gracias...

    ResponderEliminar